martes, 29 de octubre de 2013

El Mundo Legal

¿Cuantas veces hemos escuchado chistes de abogados? Todos sabemos que estos nunca pueden faltan en una reunión, fiesta, guerra de chistes, reunión de ex compañeros o bien en los lugares que son regularmente visitados por abogados (cafés, restaurantes cercanos a algún Juzgado), siendo algunas veces parte de la burla o bien tema de conversación sobre la cualidades frívolas o no, humanas o no, de los que decidieron dedicarse a esta digna profesión. Obviamente, todo esto se hace cuando nadie sabe que entre los ausentes se encuentre un abogado, no importa si este tiene experiencia o no, cuenta con estudios de posgrado o no, es graduado o esta en el camino, todo cambia cuando alguien dice: "Yo soy Abogado". Se viene un silencio que puede durar de 1 a 5 segundos.

El tema de conversación cambia, los chistes que hablaban sobre alguna cualidad mitómana o sobre la falta de sentimientos se vuelve en una donde este individuo pasa a ser el centro de atención, temas como la criminalidad del día a día, la política local e internacional, las reformas constitucionales, asuntos personales relacionados con algún litigio, deudas con Hacienda, o la opinión sobre alguna política macro implementada en cualquiera de las secretarias se vuelven el tema principal y el Abogado en el conocedor, por una obligación social, en quien debe de tener el conocimiento del tema y los argumentos que puedan convencer a "el auditorio".

El Abogado antes un ser aterrador ahora es el ser pensante, quien (supuestamente y que solo algunos logran hacerlo) ha leído una infinidad de leyes, códigos, reglamentos, libros, exposiciones de motivos, etcétera y quien ha estado en situaciones en las cuales las mayor parte de la población no tiene contacto, tales como un accidente, un homicidio, un conflicto con autoridades administrativas o bien dentro de un juzgado.

El Abogado tiene por definición que tener los argumentos necesarios para defender el punto de vista o bien la postura que pretende quien lo ha contratado. Sin embargo, ¿Que pasa en esas conversaciones, donde el solo puede dar una opinión abstracta sobre un tema y donde todos cuentan con su particular punto de vista?: El abogado se vuele parcial, pues solo una parte, mayor o menor, esta de acuerdo con el y la otra se vuelve contra aquel, aquellos que concuerdan con el guardaran silencio en señal de empatía y ante la igualdad de percepciones no cabe más que la aceptación, acompañada esta por el silencio. Por su parte, aquellos que no concuerden con el se volverán sus "enemigos" y aquel abogado a quien una pregunta lo puso en el estrado ante una muchedumbre analfabeta que muchas veces desconoce los medios, fines e intenciones de la ley y son uno o dos casos son los que le dan la pauta para el entendimiento de un problema de mayor complejidad, el cual puede abarcar temas como el social, psicológico, económico, laboral, interpersonal, etcétera, termina por ser una persona que no conoce el sentir social, el de "la gente de a pie", se vuelve un antidemocratico y un mercenario del derecho.

Es fácil entrar a una discusión o bien decir esa peligrosa frase" Yo soy Abogado", pero es mas difícil y requiere de mas argumentos poder salir de ella, de la cual solo unos cuantos genios de la oratoria, la argumentación, la interpretación y la manipulación son capaces de salir avantes.

Después hablaremos sobre la formas de poder aplicar estrategias eficaces para poder salir de estos problemas, la forma de poder atacar a quienes han puesto en entredicho nuestra interpretación.